“Convertirse en futbolista es solo la primera mitad de la oración silenciosa que un niño ofrece al cielo. La segunda parte es el nombre del equipo para el que quiere jugar”, dijo un jugador italiano.
Ser un jugador de futbol en la Patagonia tiene sus desafíos, y entre viento y arena se hacen nuestros deportistas. Al jugador de “Petrolero Argentino” lo distingue el coraje, la perseverancia, y también sus colores, su gran familia, y sus ídolos.
Los muchachos de Petrolero, que se fueron un 30 de Septiembre de 1990, descansan en esta tierra, y aún asi siguen siendo un símbolo del equipo y todo el suelo neuquino. La fecha que conmemora su accidente se convirtió en el dia del jugador de fútbol neuquino.
Alguien dijo: “Nunca he marcado un gol en mi vida sin recibir un pase de otra persona” y eso es cierto para los que juegan desde adentro y desde fuera de la chancha, de eso se trata el ser ídolo o hincha de un equipo. Marcelo, José Luis, Pedro y Sergio siguen tirando pases, porque siempre serán parte del alma de su equipo, como lo demuestran las cuatro estrellas abajo del escudo de su camiseta.
Y aunque pasen los años, cada 30 de Septiembre nos deja con algo de melancolía, como decía Galeano, “con esa melancolía irremediable que todos sentimos … al fin del partido”.